Alberto Fernández asume la presidencia entre esperanzas y frustraciones

Buenos Aires.- El presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, prestó juramento este martes en un país afectado por una crisis económica donde más del 35% por ciento de la población vive en la pobreza y cuando han fracasado hasta ahora todas las iniciativas anteriores para encaminar al país.

Su desafío es mejorar la situación en un marco de descontento social, para lo cual adelantó que reemplazará las políticas de ajuste del presidente saliente Mauricio Macri por otras que mejoren el bolsillo de los argentinos.

Su vicepresidenta es la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner, procesada en varias causas de corrupción y sobre quien ha surgido la interrogante de si intentará condicionar la gestión de su compañero en el poder.

El mandatario señaló que encarará el problema de la deuda externa en la que está sumida su país, pero enfatizó que «no hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer».

Para ello, agregó, buscará «una relación constructiva y cooperativa con el Fondo Monetario Internacional y con nuestros acreedores». No obstante, dijo que aunque se tiene la voluntad de pagar, el país «carece de capacidad para hacerlo».

Dijo, incluso, que habrá créditos no bancarios orientadas a las familias endeudadas, subsidios para pymes y planteó que elaborarán un nuevo proyecto de presupuesto.

«Debemos garantizar el derecho al primer empleo, a través de becas solventadas por el Estado para que jóvenes se capaciten y trabajen en empresas, PyMEs, organizaciones sociales y de la economía popular y la agricultura familiar», agregó.

Sobre el estado de pobreza, Fernández dijo que su país retrocedió más de 10 años en su lucha pro reducirla y que «la economía y el tejido social hoy están en estado de extrema fragilidad». VOA